Qué es la huella de carbono y por qué debemos reducirla

A medida que los consumidores se vuelven más conscientes del impacto ambiental derivado de la actividad humana, aumenta la demanda de bienes y servicios comprometidos con la reducción de la huella de carbono.

La dependencia histórica casi exclusiva de los combustibles fósiles para propulsar vehículos, embarcaciones, trenes y aeronaves ha puesto al transporte en rumbo a una colisión. ¿En el otro lado? Los reguladores de todo el mundo, que buscan frenar el cambio climático debido a las emisiones de efecto invernadero (GEI).

Según el último estudio realizado por el medio especializado FreightWaves, un camión tiene la misma huella de carbono que 14 personas en un año: 223 toneladas de emisiones de dióxido de carbono.

Sin embargo, estas cifras no desalientan a un sector que, año tras año, adopta nuevas iniciativas para revertir las gráficas.

¿Qué es la huella de carbono?

Antes de profundizar en cómo el sector está trabajando en minimizar su huella de carbono, es importante conocer el concepto.

La huella de carbono se define como la emisión total de gases de efecto invernadero a través de actividades directas e indirectas. Esta es generada diariamente por personas, empresas e incluso productos.

Para medir las emisiones de CO2 y GEI, es importante hacer un seguimiento de todo aquello que las genera. Algunos de los contaminantes más significativos son el consumo eléctrico, los medios de transporte, las fuentes de combustible y la producción de residuos.

Una vez determinadas las actividades que contribuyen a generar emisiones, se puede calcular la huella de carbono. Para ello, se multiplican los factores de emisión por los datos recopilados.

¿Por qué es importante para el sector?

El transporte ya es una de las mayores fuentes de gases de efecto invernadero del mundo, y se prevé que sus emisiones aumenten drásticamente.

Uno de los principales motivos es el movimiento de mercancías: los aviones, trenes, camiones, buques de carga y otros vehículos utilizados para mover miles de millones de toneladas de carga en todo el mundo.

Actualmente, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el transporte de carga representa el 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, cifra que podría duplicarse para 2050. Todo ello porque, precisamente debido al auge del comercio electrónico, se ha multiplicado la demanda de estos servicios.

El transporte terrestre, básicamente en camión y furgoneta, representa el 62% de estas emisiones.

Un momento crítico

El sector del transporte está en auge y es uno de los principales responsables del aumento de la huella de carbono, por lo que es fundamental encontrar una alternativa de transporte sostenible para reducirla.

Organizaciones como la Unión Europea han introducido regulaciones y planes para desarrollar un transporte más sostenible. La mayoría de ellos están incluidos en la Directiva UE 2019/1161 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de junio de 2019, que busca promover vehículos más sostenibles para este tipo de actividad.

Sin embargo, también hay otras formas – impulsadas por el propio sector – de ayudar a reducir las emisiones generadas durante los viajes.

Cómo reducir la huella de carbono en el transporte

Existen acciones fáciles de implementar que pueden contribuir a reducir la huella de carbono:

– Definir horarios de carga y descarga: Esto permite una gestión eficiente de los muelles, reduciendo los tiempos de espera de los vehículos y, por tanto, las emisiones.

– Optar por cargas completas: Aprovechar al máximo cada kilómetro de un viaje es fundamental, por eso se recomienda despedirse de un camión vacío y optar por viajes de vuelta cargados para ser más eficientes.

– Planificación eficiente: al evaluar primero las rutas, es posible encontrar las rutas más cortas y directas entre el origen y el destino de las mercancías. De esta forma se pueden reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera.

– Revisar y renovar las flotas: evaluar el estado de los vehículos para asegurarse de que están en buenas condiciones y optar por nuevos vehículos híbridos o menos contaminantes también es una forma eficiente de ayudar a reducir la huella de carbono.

– Mejora de las infraestructuras: disponer de estructuras y recintos de almacenes más eficientes, así como utilizar energías renovables para su aprovechamiento, también ayuda a reducir la huella de carbono.

En suma, descarbonizar la industria del transporte y la distribución de mercancías no es solo una tarea esencial, también requiere de un enfoque intencional para la investigación, transición y adopción de prácticas ecológicas.

Punto verde autorizado: ¿por qué es importante la gestión ambiental en la logística voluminosa?

Para lograr una buena gestión ambiental, la logística voluminosa debe incorporar un proceso de destrucción certificada de residuos en un punto limpio autorizado

A la hora de transportar artículos XL, no solo se requiere de un personal cualificado que garantice el correcto manejo de los artículos, su calidad y su cuidado. Sino también contar con el embalaje adecuado para que los productos estén correctamente protegidos, recurriendo a los mejores materiales para garantizar su integridad y una entrega satisfactoria en el destino final.

Un buen servicio de transporte de mercancía voluminosa debe poder ofrecer también la opción de llevar a cabo la instalación y montaje para que el cliente final pueda comenzar a utilizar directamente los productos adquiridos sin mayores inconvenientes.

En este sentido, para que la logística voluminosa pueda implementar una buena gestión ambiental, debe tener en cuenta la incorporación de un proceso de destrucción certificada de residuos en un punto limpio autorizado.

Cuando se habla de residuos, se hace referencia al mencionado embalaje de protección, pero también a los propios artículos XL. Una vez se han instalado o ensamblado en el lugar indicado por el usuario, se retira el producto usado y se procede a su entrega y depósito en un punto limpio.

¿Qué es un punto limpio?

Se trata de una instalación en la que se depositan residuos que no pueden desecharse en los contenedores convencionales que se encuentran en la calle. Esto se puede deber a que se consideran peligrosos o se trata de residuos de gran tamaño para los que no hay habilitados contenedores específicos.

Por lo tanto, cuando se retira un artículo XL usado, la empresa de transporte lo traslada a este punto en el que un gestor de residuos autorizado se encarga de su reciclaje, reutilización y/o destrucción.

De esta forma, se puede dar una segunda vida a las piezas o materiales que componen los productos voluminosos retirados del domicilio del usuario, así como a los embalajes que los contienen y protegen.

Tipos de puntos limpios

Los puntos limpios, que suelen ser de titularidad municipal o estar gestionados por empresas privadas nombradas para ello, pueden presentarse de diferentes formas:

Puntos limpios fijos

Son instalaciones ubicadas en un lugar permanente en las que se depositan los desechos y residuos para su tratamiento.

Cuando se habla de logística voluminosa, es a estos lugares a los que se dirigen las empresas que llevan a cabo una buena gestión ambiental. En ellos depositan los residuos que retiran de los domicilios donde han entregado e instalado y montado los artículos XL.

Puntos limpios móviles

Cuando los puntos fijos se encuentran en lugares alejados de los núcleos urbanos, su uso por parte de la ciudadanía es reducido ante las necesidades de desplazamiento hasta dichas instalaciones.

En este caso, se han creado puntos limpios móviles, consistentes en camiones dotados con contenedores que se van desplazando por ciudades y distritos. Se encuentran instalados en una ubicación concreta durante un número determinado de horas con la intención de acercar el servicio a los ciudadanos.

Puntos limpios de proximidad

En este caso, el punto limpio es fijo, pero ubicado en un centro más próximo a la ciudadanía, de forma que se facilite y se potencie su uso. Se pueden encontrar dentro de centros culturales, sociales o polideportivos.

Al estar ubicados en el interior de otras instalaciones, son de menor tamaño que los puntos fijos convencionales y su horario depende del lugar en el que se localizan. Además, en ellos se puede depositar una tipología y cantidad de residuos más limitada, por lo que las empresas que transportan e instalan productos voluminosos, retirando los antiguos, no hacen uso de ellos.

A modo de cierre, conviene destacar que aquellas empresas que ofrecen un servicio de logística domiciliaria XL, pueden demostrar su compromiso con la sostenibilidad, no solo contando con una flota eco, sino también garantizando una buena gestión de los residuos en un punto limpio autorizado.