El cambio en las maneras de distribuir resulta cada vez más visible. Se puede notar por los nuevos modelos de negocio – derivados del comercio electrónico – que han generado una inevitable transformación de la actividad logística. Unido a ello, debemos ser conscientes de que la propia ciudad también está evolucionando.
Los altos volúmenes de habitantes, vehículos e instalaciones han generado la necesidad de buscar soluciones orientadas a mejorar la salud y el bienestar de todos los ciudadanos. En este escenario el papel de la distribución resulta esencial, así como su reformulación.
La última milla es el área en la que más afecta este cambio. Desde la pandemia del COVID-19 la presencia de vehículos de distribución en las ciudades ha crecido de manera sustancial. De hecho, en un artículo de Movilidad Conectada nos encontramos con el dato de que la demanda de última milla podría aumentar un 36% el número de vehículos de reparto en las 100 principales ciudades de todo el mundo – hasta 2030 -.
A partir de esta información conocemos que, si no se realiza una gestión útil y eficaz de los vehículos, las emisiones y la congestión del tráfico pueden llegar a aumentar más de un 30% en las ciudades.
Teniendo en cuenta que, según la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, más de la mitad de la población mundial ha estado viviendo en ciudades, la necesidad de hacer de estas áreas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente va ganando prioridad.
Retos del last mile
- Comercio electrónico
El establecimiento del e-Commerce como forma de negocio es cada vez mayor. Y este crecimiento está afectando de manera directa a la manera de organización y gestión de los recursos logísticos. Al poder realizar prácticamente todas las gestiones a través de una plataforma online, el valor añadido de toda empresa que vende por internet acaba reflejado en su servicio de distribución.
Por ello son cada vez más altas las exigencias depositadas en este último eslabón de la cadena de suministro. De hecho, la distribución de última milla supone hasta el 50% del coste logístico en las entregas del comercio electrónico.
- Sostenibilidad
Dar el paso a un sector menos contaminante es una realidad que ya se está viviendo. Con la llegada de las Zonas de Bajas Emisiones – ZBE – las empresas de distribución de última milla afrontan uno de sus mayores desafíos. Su incorporación a cada vez más localidades está creando una necesidad al sector de añadir nuevas herramientas a sus operaciones – como los micro hubs, puntos de recogida… – de manera que se pueda hacer frente a estas medidas.
De hecho, este 2023 ha iniciado con la obligación de crear estas zonas en las ciudades con más de 50.000 habitantes e islas con una población mayor a 20.000 personas. De esta manera, aproximadamente el 53% de la población española se ve afectada, lo que supone que todas sus compras de manera online o a domicilio también lo sean.
Ante esta problemática surgen dudas respecto a la falta de ayuda de los negocios logísticos para hacer frente a esta importante cuestión. Pese a ello, buscando adaptarse y no perder el progreso, han salido a la luz algunas ideas, como el uso de pequeños vehículos eléctricos que permitan un reparto ágil y sostenible de las mercancías; o la incorporación de pequeños almacenes distribuidos por la ciudad.
- Instalaciones
En línea con lo comentado, encontramos la necesidad de cambiar las instalaciones de almacenamiento logístico. Por cuestiones como la sostenibilidad y el comercio electrónico, es cada vez mayor tanto la demanda de distribución de paquetes como la necesidad de hacerlo de una manera respetuosa con el medio ambiente. Es en este contexto donde entra la necesidad de adaptar los almacenes a esta nueva forma de hacer logística.
Este hecho se puede dar gracias a las nuevas tecnologías, cuya incorporación puede ayudar a hacer un almacén adaptable a los cambios. También la aparición de los hubs o microhubs es uno de los mayores cambios que se están dando respecto a la gestión de pedidos. Pudiendo localizarse dentro de las ciudades – debido a su reducido tamaño – son una de las principales apuestas del sector logístico y del transporte.
Estos son solo algunos de los retos a los que la distribución urbana de mercancías debe hacer frente.
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