Una red de delegaciones para una logística globalizada

Detrás de una de las fuerzas motrices de la economía mundial se encuentra la globalización. Un fenómeno que, en las últimas décadas, ha creado un sistema de comercio interconectado e impulsado, a su vez, una nueva manera de ver la logística

Bebiendo de estructuras que nutren y a la vez se alimentan de esta actividad, el sector ha sido uno de los líderes en desarrollar redes que, entretejidas de manera estratégica, han llevado a vincular cada uno de los eslabones de la cadena de suministro.

Así, en el último siglo, el mundo ha sido testigo del despliegue de una suerte de vínculos que han agilizado y eficientado los mecanismos económicos, sociales y políticos.

Como no podía ser de otra manera, la distribución ha sabido sacar partido a este paradigma, elevando el concepto de globalización al siguiente nivel.

Más allá de los orígenes

Si bien en los últimos meses – sobre todo a raíz de la pandemia, los conflictos políticos y la inflación – la globalización parece estar dando un paso atrás, no puede negarse que sus efectos siguen modelando la logística desde múltiples aristas.

La apertura de fronteras, el desarrollo del comercio y el crecimiento de las nuevas tecnologías siguen siendo una muestra de ello.

Sin embargo, la globalización y la localización han demostrado ser fuerzas opuestas en un proceso de transformación sectorial en el que, inevitablemente, el segundo factor no para de ganar peso.

Y es que la pandemia ha dejado como consecuencia principal una incertidumbre que, muchos ahora, afrontan con la aproximación de sus engranajes.

Acercar sin renunciar

En el ya mencionado proceso de relocalización, la logística ha sabido sacar provecho a la resiliencia y flexibilidad que le caracteriza para hacer de la proximidad y el alcance dos de sus valores esenciales.

Aunque contradictorio, este planteamiento responde a una lógica aplastante: la cercanía es el nuevo ‘must’ de los consumidores. Como recoge el estudio más reciente de Nextdoor, desde la irrupción de la pandemia, un 89,9% de los consumidores valora más los negocios con presencia local.

Ello, unido a la necesidad de tener un alcance lo más amplio posible, ha hecho de las sedes y delegaciones un elemento crítico en el planteamiento de los sistemas de logística y distribución.

Los seis pilares detrás de las redes de distribución

Aunque impulsado en los últimos tiempos por el nuevo contexto, la omnipresencia no es algo nuevo para un sector en el que los contactos y la constante comunicación sustentan la eficiencia de las operativas.

De hecho, los beneficios de contar con sedes en diferentes puntos de la geografía son más que conocidos y, a la par, imprescindibles para sustentar el progreso sostenible de la globalización.

  1. Cercanía

La primera ventaja de contar con un negocio con diversas sedes es, precisamente, la proximidad. La confianza y, sobre todo, la sensación de accesibilidad y familiaridad que ello otorga fideliza a los clientes y mejora la percepción de la marca. El peso de esta característica es tan grande que, incluso multinacionales de gran nivel, apuestan por estrategias que sigan esta premisa para asegurar su negocio.

  1. Conocimiento local

Fruto de la cercanía, contar con sedes dispuestas en diferentes ubicaciones mejora el conocimiento de la marca sobre el estado y necesidades de su industria en las diversas regiones en las que despliega su actividad.

  1. Agilidad

El hecho de contar con diversas delegaciones o hubs, en el caso de la distribución, solo puede ser sinónimo de eficiencia. La posibilidad de derivar, redistribuir y organizar las operativas a nivel geográfico evita los viajes innecesarios y acorta los plazos, impactando de manera directa en los niveles de satisfacción de los usuarios finales.

  1. Red de contactos

Yendo un paso más allá del conocimiento local, una adecuada localización permite a cada delegación contar con la red de contactos necesaria para desarrollar de la manera más optima su actividad.

  1. Cobertura

Si bien la omnipresencia es, hoy en día, inalcanzable, podemos decir que las sedes son un buen sustituto. La posibilidad de cubrir las necesidades de clientes en cada una de las regiones, con la misma calidad y los mismos estándares, no solo hace que el negocio aumente, también afianza ese desarrollo.

  1. Crecimiento

Finalmente, como no podía ser de otra manera, la lógica también apunta a las posibilidades de crecimiento que facilita el contar con varias delegaciones. El hecho de ir más allá de una sede central permite afrontar posibles crecimientos con una perspectiva positiva, pudiendo repercutir los posibles impactos de manera equitativa entre los diversos puntos.

Así, en términos generales, contar con una red de delegaciones sigue siendo, a pesar de los cambios, un punto fuerte para la distribución de mercancías que, a través de esta estrategia, parte de una visión particular para alcanzar una perspectiva global más clara y amplia.

Escriba un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *